El futuro del crecimiento económico en América Latina

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Existe en la actualidad un activo debate económico sobre si hemos alcanzado una desaceleración estructural en el crecimiento económico debido a que el progreso tecnológico fundamental ha llegado a su fin. Esta perspectiva denota un error en cuanto a la imaginación y en cuanto al análisis. De hecho, ya se pueden ver los cimientos de la ciencia que creará un amplio abanico de nuevas tecnologías y sectores. Puede que nos encontremos en una etapa de transición, caracterizada por una desaceleración del ritmo de crecimiento, pero disponemos del potencial intelectual para crear un enorme crecimiento y es muy probable que lo logremos.

Los pesimistas defienden de forma generalizada los siguiente argumentos: (a) los descubrimientos tecnológicos más importantes para la humanidad ya se han hecho; (b) las mejoras en la tecnología de la información no crean el mismo número de empleos de calidad que los progresos del pasado; (c) nada de lo que se vislumbra en el horizonte generará la magnitud de empleos creados en el pasado; (d) por lo tanto, la humanidad tiene que resignarse ante un futuro con crecimiento lento, descenso en la creación de empleo y poca prosperidad.

Este punto de vista subestima la habilidad del ser humano para lograr saltos tecnológicos debido a la incapacidad de comprender la historia de la utilidad científica y técnica. Los grandes saltos radicales en la tecnología y la ciencia toman tiempo y se aplican lentamente. Por ejemplo, transcurrió un periodo de unos 50 años desde el desarrollo de la teoría cuántica a mediados de la década de los 1920 hasta su primera aplicación práctica en el transistor en 1947 y hasta que Intel aplicó la teoría para fabricar el primer microprocesador comercialmente viable en 1974.

Existen una cantidad ingente de talento, valor y herramientas que se utilizan en la actualidad  para favorecer a las nuevas tecnologías y los descubrimientos científicos. Tenga en cuenta este asombroso supuesto: el 95% de todos los científicos que han existido están activos en la actualidad. Es más, las recompensas financieras nunca han sido tan importantes: el capital de riesgo pudo surgir como apoyo a la TI, pero se está utilizando hoy en día para encontrar oportunidades en otros ámbitos como la biotecnología, la automoción, la energía y la tecnología medioambiental. Hoy en día, ninguna buena idea se queda sin financiación.

Ejemplos en tres ámbitos clave señalan grandes saltos tecnológicos que brindarán plataformas económicas para el futuro crecimiento:

TIC: con el descubrimiento de los algoritmos, los grandes volúmenes de datos  pueden discernir modelos que ningún ser humano puede ver. Por ejemplo “la pequeña IA”, tal y como lo demuestra la función de Amazon de un solo clic (“1-Click”), no supone un gran progreso en si. Pero a pesar de todo, debido a su novedoso uso de los algoritmos, “la pequeña IA” representa un cambio significativo para la tecnología de la información. De aquí a cinco o diez años, pequeñas partes de inteligencia artificial estarán implicadas en prácticamente todo lo que hacen los seres humanos. Esto no solamente aumentará la productividad, sino que también será la plataforma de lanzamiento de una nueva generación de productos y servicios. Una amplia variedad de servicios automáticos funcionará como segundo plano con respecto a la actividad humana, coordinando, organizando y aportando información a las interacciones humanas.

Ingeniería biológica y molecular: los campos relacionados con la biotecnología sintética y la ingeniería molecular prometen nuevos tipos de materiales y propiedades mejoradas para materiales que ya están en uso. En el 2050, si no antes, habremos aprendido a hacer crecer edificios como árboles en lugar de solo con cemento y acero. Fabricaremos fibra de secuoya madura en los laboratorios en solo días, no años. Estos y otros desarrollos biotecnológicos similares transformarán los antiguos sectores y crearán otros totalmente nuevos.

Comprensión de la gravedad: es muy probable que, en los próximos 50 años, el ser humano logre comprender la gravedad. Actualmente, podemos observar el efecto de la gravedad pero no tenemos idea de cómo y por qué funciona. Del mismo modo que la comprensión del electromagnetismo en el siglo XIX fue clave para que se produjeran todos los avances de la era eléctrica y electrónica, podríamos dar por sentado un beneficio similar de la comprensión de la gravedad. Como esto son meras especulaciones, solo podemos adivinar lo que podría significar, pero sí que podemos imaginarnos vehículos antigravedad o quizás incluso formas radicalmente nuevas de generar energía.

Como sociedad, ¿cómo podemos promover una nueva era de descubrimientos?

Ante todo, no debemos asustarnos y tomar las decisiones equivocadas. No debemos evitar las transformaciones ni proteger el pasado; hoy se están exponiendo los mismos argumentos distópicos que se expusieron en los años 70 y, a menudo, a manos de las mismas personas. En su lugar, deberíamos facilitar la transición invirtiendo en I+D, habilidades y competencias. Debemos fomentar un entorno que recompense el espíritu emprendedor, tal y como lo hace California con su enfoque concentrado en la educación y el capitalismo emprendedor.

Hay importantes implicaciones geopolíticas a tener en cuenta a medida que las fuentes de innovación aumentan en todo el mundo. Mientras que la I+D solía tener como única sede los Estados Unidos, ahora las economías emergentes como China, Brasil, India y Singapur están aportando importantes contribuciones en este sector. No obstante, la Eurozona parece estar en muchos sentidos estancada en el pasado con el rechazo colectivo de sus pueblos a Google y los restrictivos regímenes regulatorios de sus gobiernos.

Con solo haber mencionado tres grandes saltos en la ciencia y la tecnología –de entre los muchos que hay actualmente desarrollándose–, ya se puede apreciar parte del potencial del crecimiento económico. Si tomamos una perspectiva global, el alcance del crecimiento económico se percibirá tanto en las ganancias de productividad en lo que ya hacemos como en los nuevos sectores que acaban de nacer.

Los escépticos se equivocan; no nos encontramos al final de la historia, si no en algún lugar cercano al comienzo. Si bien que existen pocas certezas a la hora de prever cuándo darán sus frutos las nuevas tecnologías, pero el pasado nos demuestra que, con el tiempo, los dan. Tenemos que invitar a la gente a que piense más allá de sus mentalidades cerradas y a que considere cómo podemos conseguir que esta transición sea lo más eficaz posible.

Este artículo forma parte de una serie de opiniones individuales de la Comunidad para la Previsión Estratégica Global del Foro Económico Mundial para la Reunión Anual de 2015. Para leer más, acceda a la colección completa

Autor: Peter Schwartz es Vicepresidente Senior para las Relaciones de Gobierno Mundial y la Planificación Estratégica de salesforce.com.

 

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