¿Qué nos dice el auge del arte en China de su sociedad?

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El auge de los museos en China ha generado mucha atención recientemente, ya que el crecimiento de la inversión privada y del gobierno han hecho ascender el número total de museos a unos 3800 – y sigue en aumento.  Para hacerse una idea de la velocidad y magnitud de esta tendencia, la cifra casi se ha triplicado de los 1373 museos abiertos en el año 2000, mientras la mayoría de estos fueron construidos en los años desde las reformas económicas de Den Xiaoping a finales de 1970. En 1949, por ejemplo, cuando los comunistas tomaron el control, solo existían 45 museos en China, muchos de los cuales fueron destruidos o cerrados durante la Revolución Cultural.

Los museos de arte forman parte de una escena que abarca las colecciones más específicas y mundanas, incluyendo el Museo de Agua Corriente de Beijing.  Sin embargo, los edificios más importantes son los dedicados a las artes. Un buen ejemplo es la decisión de ampliar el Museo Nacional de Arte de China hasta seis veces su tamaño actual, en un edificio nuevo dentro del Parque Olímpico, y con un coste estimado de 145 millones de dólares. El proyecto será liderado por el arquitecto francés Jean Nouvel y el Instituto de Diseño de Arquitectura de Beijing.

La inversión en los museos de China no sólo viene del gobierno: el sector privado financia cada vez más colecciones importantes, desde el establecido Museo de Arte Rockbund en Shanghai y el Centro Ullens de Arte Contemporáneo en Beijing, hasta el nuevo y extravagante Museo de Arte Sifang en Nanjing y la Fundación Yuz, que exhibe arte contemporáneo en Shanghai.  Hay muchas razones para este auge, incluyendo un aumento del interés en invertir en arte de la nueva clase de superricos de China, acceso prioritario a terreno estatal y un deseo filantrópico creciente de compartir las colecciones privadas con el público.

Es evidente que el gobierno ha identificado el arte y la cultura como bases para reforzar la identidad nacional de China y posicionarla como una superpotencia mundial.  Esto se demuestra, no sólo con la gran cantidad de construcciones de museos autorizadas por el Estado, sino también por su participación en la expansión del mercado del arte en China.  La casa de subastas más grande de China, Poly Auctions, es también la más grande del mundo y forma parte de los 40 mil millones de dólares estatales de Poly Group, el cual incluye una gran variedad de inversiones.

Mientras China es testigo de lo que podemos describir como una revolución cultural verdadera –en duro contraste con el periodo de 1966-1976 del mismo nombre, que vio la destrucción de libros, museos y objetos culturales a escala nacional– existen algunos críticos que consideran la trayectoria actual de China demasiado enfocada en los edificios sin importar tanto el contenido, que está demasiado orientado al mercado y afectado por restricciones políticas.  La mayoría de los museos de arte que se están construyendo, mientras se ponen las últimas fachadas arquitectónicas, carecen de contenido, programación o profesionales cualificados que, a menudo, se vuelven secundarios. Muchos de los museos estatales se han negado a exhibir o coleccionar arte experimental o cualquier cosa que se considere polémica. Además, la mayoría de los museos sirven a la vez como espacios de alquiler, lo que en efecto quiere decir que cualquier persona que se pueda permitir alquilar un espacio puede tener una exposición de “museo”.

Por otro lado, mientras los museos occidentales luchan para sobrevivir y mantenerse relevantes en el siglo XXI, ¿puede que este tipo de espacios, que difuminan las líneas de lo privado y público y permiten financiación comercial, ofrezcan un modelo más sostenible para el futuro? ¿Y podemos especular que el futuro de la exhibición pública es tal que operará en estructuras menos permanentes y más fluidas?

Mientras existen varias maneras de pensar sobre el auge actual de los museos en China, es más importante preguntarse si realmente estos espacios estatales se pueden convertir en plataformas para probar y promover ideas y la práctica del arte.  A su vez, ¿cómo podrán estos espacios invitar y desarrollar el pensamiento crítico y la investigación?  Sólo en estos espacios el arte puede florecer de verdad y hacer evolucionar nuestra opinión actual del mundo. Es el arte el que derriba las fronteras; el que, al final, se hará significativo para la Historia.  Mientras numerosos artistas chinos en China crean arte comprometido y crítico, ¿qué supone si no pueden mostrar su trabajo en los cientos de museos que se están construyendo en el país?

En la organización sin ánimo de lucro, Asia Art Archive, que co-fundé en el 2000 en Hong Kong, consideramos esencial comenzar con el “software” primero (un amplio archivo público sobre la Historia del Arte reciente de Asia, que es renovado constantemente a través de programas públicos) para luego cambiar gradualmente las paredes físicas de las instituciones y su contenido. Aunque China es una de las partes destacadas de nuestra colección, nuestro objetivo es establecer una estrategia comparativa entre las diferentes historias del arte de la región y sacar marcos de referencia alternativos para aquellos que han viajado bastante entre Europa y los EEUU.

Mientras China comienza la inversión en las artes más importante de la región, ¿encabezará la apertura de un intercambio de ideas a través de las artes entre países vecinos como India e Indonesia, para que no sea sólo un proceso interno y nacional? ¿De qué manera afectará el sistema de arte en China a aquellos en otras partes del mundo?

Es muy posible que la mayoría de los museos que se están construyendo tengan una efímera existencia, pero aquellos que sobrevivan, que continúen recibiendo el apoyo y se conviertan el algo importante para la sociedad, jugarán un papel importante para presentar narrativas e historias a través del arte al público.  El futuro de la escena del arte en China continuará siendo atada de manera inextricable a cambios de la sociedad y su papel es este mundo.  Esperemos que el arte se convierta fundamentalmente en algo más que un trofeo, un espacio valioso para las ideas y el conocimiento que enriquecerá una de las sociedades con más rápido crecimiento del mundo.

Autora: Claire Hsu es la co-fundadora de Asia Art Archive y una World Economic Forum Young Global Leader.

Imagen: REUTERS/ Nir Elias

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